En el artículo que te traemos hoy exploraremos la interrelación entre la empresa y las personas que trabajan en ella. Te hablamos de cómo el bienestar individual, tanto a nivel físico como mental, impacta en el funcionamiento y la vitalidad de la empresa, y viceversa. Especialmente en ciertas épocas del año, como la marcha y vuelta de vacaciones donde la rutina se ve alterada y el ritmo cambia. Y descubriremos estrategias y enfoques que pueden ayudar a mejorar esta relación.

Bienestar personal y salud de la empresa

La interconexión entre el bienestar personal y la salud empresarial es un aspecto fundamental en la dinámica del mundo laboral moderno. Más allá de ser dos esferas aparentemente separadas, el confort de los/as empleados/as y el rendimiento de una empresa están intrínsecamente entrelazados ya que no solo afecta a su productividad laboral, sino que desempeña un papel crucial en la salud general de la organización.

En los últimos tiempos, se ha vuelto cada vez más evidente la necesidad de cuidar a la fuerza laboral de la empresa, que son sus trabajadores y trabajadoras, no solo para obtener mejores resultados financieros, sino para convertir el lugar donde se pasan tantas horas, en un ambiente laboral gratificante y sano.

Desde hace años tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tienen estudios y programas para tratar la salud en el lugar de trabajo y su repercusión tanto a nivel personal como empresarial. Estos estudios no hablan solo de accidentes laborales y/o traumatismos, también hablan del aspecto mental y físico hablando de problemas como el estrés y cardiovasculares.

La OIT ofrece el paquete de formación SOLVE para promover la salud y el bienestar en el medio de trabajo, seguro y saludable como principio y derecho.

Cómo afecta la vuelta de vacaciones a la productividad

Septiembre es el mes por excelencia de la llamada depresión posvacacional. Llega la segunda quincena y, salvo casos excepcionales, todo el mundo ya ha disfrutado de sus vacaciones estivales y las empresas vuelven a su ritmo habitual y máxima productividad.

Sentir cierta tristeza o melancolía cuando acaban las vacaciones y toca volver a la rutina es natural. En ocasiones, las exigencias del trabajo y el ambiente laboral no facilitan ese proceso de transición.

Es común tener dificultad para volver a coger el ritmo de trabajo y, al principio, podemos sentir que somos menos eficientes. Además, no es raro que al volver haya trabajo acumulado durante nuestra ausencia y esto puede abrumar y generar estrés. Estos procesos pueden afectar a la productividad, sin embargo, una transición planificada por nuestra parte y estrategias por parte de las empresas, ayudarán a minimizar estos efectos negativos tanto a nivel de bienestar personal como de salud empresarial.

¿Qué podemos hacer como trabajadores/as?

Aunque intervienen otros factores como la carga laboral, la relación con jefes/as u otros/as compañeros/as, etc. Hay algunas cosas que puedes poner en práctica para facilitar este periodo.

  • Refréscate con los recuerdos. Revivir las experiencias evoca emociones positivas. Si tienes la ocasión compártelas con las personas de tu círculo y siéntete afortunado/a de poder haberlas vivido.

  • Sigue una rutina. Le hemos dado una connotación negativa al concepto, sin embargo, una rutina saludable puede ser la mejor amiga para combatir la depresión posvacacional.

  • Meditación. Dedica unos minutos para recuperar la calma en medio del caos, conectar contigo y liberar el estrés.

  • Metas pequeñas. Establece metas alcanzables para la semana y celebra cada pequeño logro, como completar una tarea en el trabajo.

  • Planea nuevas actividades fuera del trabajo. Puede ayudarte a mantener el entusiasmo.

  • Recuerda que este momento es pasajero.

  • Haz ejercicio. No hace falta ir al gimnasio, en casa, en el parque, en tu trabajo si tienes un lugar adecuado, unos minutos te llenarán de vitalidad. Aquí tienes un ejemplo de entrenamiento en 30 minutos que mejorarán tu bienestar.

¿Qué podemos hacer como empresa a la vuelta de vacaciones?

La adaptación al ritmo laboral tras un periodo de desconexión puede llevar tiempo y requerir un enfoque estratégico por parte de la empresa. Aquí dejamos unas ideas de estrategias o acciones enfocadas a facilitar la vuelta a la rutina laboral sin sacrificar la productividad.

Reuniones de bienvenida. Organizar reuniones que brinden un espacio para compartir experiencias de vacaciones y establecer o repasar objetivos a corto plazo.

• Ofrecer una comunicación clara y abierta sobre las expectativas y metas para el periodo posterior a las vacaciones. Dará a los/as empleados/as un marco de referencia sólido.

Reunión de trabajo

Fomentar una transición gradual y flexible. Permitir horarios flexibles o teletrabajo parcial en los primeros días posteriores a las vacaciones para facilitar la adaptación.

Planificación de cargas de trabajo. Distribuir las tareas de manera equitativa y considerar la complejidad de las asignaciones para evitar sobrecargar a los empleados recién regresados.

Mentoría o acompañamiento. Brindar apoyo y orientación durante los primeros días de retorno al trabajo.

El rol de la empresa para fomentar un ambiente de trabajo saludable

Como hemos visto, hay en épocas que es recomendable tener especial cuidado en la salud emocional de las personas trabajadoras, pero el resto del tiempo, la empresa tiene la responsabilidad de crear condiciones propicias para la prosperidad y el cuidado de su equipo. Este cuidado debe ser a todos los niveles.

Hay mucha conciencia en riesgos laborales a nivel de ergonomía y seguridad y se toman medidas para garantizar que el entorno físico y las herramientas de trabajo estén diseñados para minimizar riesgos, pero eso no es todo. La empresa debe garantizar un espacio donde se cuide la salud física y mental, incluso alimentaria.

Compañeros de trabajo contentos

Estas son otras de las acciones que una empresa puede implementar con ese objetivo:

  • Programas de salud y bienestar. Implementar programas que aborden aspectos como la actividad física, la nutrición y el manejo del estrés.

  • Espacios de descanso y relax. Proporcionar espacios de desconexión y descanso agradables y tranquilos para permitir a los empleados tomar pausas para recargar energías. Poner a disposición de agua y comida sana (fruta, frutos secos).

  • Canales de comunicación efectivos para fomentar la retroalimentación y abordar las preocupaciones y mejorar la resolución de conflictos.

  • Promoción del equilibrio laboral y personal. Establecer políticas de conciliación entre el trabajo y la vida personal, con flexibilidad de horarios o guarderías, mejora el bienestar y la satisfacción sus empleados/as.
  • Planes de desarrollo personal. Fomentar la planificación de metas y objetivos individuales a corto plazo para mantener la motivación y la orientación.

  • Favorecer las relaciones interpersonales. Fomentar el compañerismo, el trabajo en equipo, la participación, la escucha. Proponer actividades y dinámicas de grupo tanto dentro como fuera del horario laboral.

  • Controles de satisfacción. Realizar encuestas a trabajadores/as sobre sus experiencias, necesidades y los servicios de la empresa para poder implementar cambio o estrategias en consecuencia.

  • Formación y concientización. Proporcionar por un lado la formación sobre hábitos saludables y concienciar sobre la importancia de la salud en el trabajo. Por otro lado, formar para identificar fuentes de malestar físico y/o emocional.

Conclusión

Es innegable el impacto del cuidado de la salud de las personas trabajadoras en la productividad laboral y, por tanto, el éxito empresarial.

No sólo a la vuelta de vacaciones, sino durante todo el año, la prevención, la flexibilidad laboral y otras estrategias son fundamentales para hacer del lugar de trabajo un espacio para prosperar.

Hay muchas maneras de fomentar un ambiente de trabajo saludable, lo importante es atender las necesidades tanto básicas como específicas de nuestro equipo de trabajo.

Una persona que en su tiempo de trabajo se siente tenida en cuenta, tiene relaciones interpersonales sanas, puede cuidar su salud física y emocional, etc., se siente a gusto y satisfecha. Esto favorece un mayor sentimiento de pertenencia a su empresa, lo que fomenta al trabajo en equipo, la motivación, la productividad y tiene menor riesgo de absentismo, bajas o fuga de talentos.

En definitiva, proporciona una vida laboral más estable y feliz.

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