Querida mujer, ¿llevas una vida activa?

La actividad física regular favorece la salud física y mental. Esto no es nuevo, lo decimos en Saludando y lo dice la OMS en su último informe. 

 

La actividad física 

Así de definitivo empieza dicho informe:  

<<Es beneficiosa para las personas de todas las edades y con cualquier capacidad, y nunca es demasiado tarde para empezar a ser más activo y menos sedentario a fin de mejorar la salud. Sin embargo, según su último informe, actualmente el 81% de los adolescentes y el 27,5% de los adultos no alcanzan los niveles de actividad física recomendados por la OMS.>>  

A la par de este informe, la plataforma Strava en su informe Year in sport 2022, midiendo la actividad registrada, ha mostrado que en España las mujeres realizan un 29% menos de actividad física que los hombres durante la semana y un 48% menos el fin de semana.  

Nos preguntamos por qué ocurre esto, qué condicionantes se dan para que las mujeres realicen menos actividad física. 

 

Qué implica ser mujer   

Vamos a referirnos a la actividad física. Cuando hablamos de vida activa o actividad física no necesariamente significa ir al gimnasio. Se pueden dar paseos, hacer actividades al aire libre, baile, y también ir al gimnasio, por supuesto. Respecto a esto hay dos aspectos en los que han influido el ser mujer. 

Aspecto sociocultural  

En la creencia popular, hay actividades que históricamente se han considerado “más de mujeres” y “cosas de hombres”. Levantar pesas, clases de aerobic, yoga o boxeo… La mayoría de la gente colocaría estas actividades en las mismas categorías si les pidiésemos elegir.

Mujer escalando

Durante mucho tiempo se ha tenido la creencia que hacer ejercicios de fuerza iban a hipertrofiar los músculos y transformar el cuerpo de la mujer, lo que no se consideraba bonito o femenino (según un tipo concreto de feminidad), siendo la base de esto, meramente estética, visual y superficial, sin tener en cuenta los beneficios para la salud de las mujeres.

Por supuesto, esto es algo subjetivo, una construcción social que no se sustenta en nada más, ya que las mujeres pueden realizar cualquier tipo de actividad de fuerza, resistencia y flexibilidad, siempre adaptada a sus capacidades individuales (como toda persona debe hacer). 

Además de esto, se suma que la mujer ha tenido, y sigue teniendo a pesar de los cambios, mayor carga en asuntos domésticos, de la crianza de hijos e hijas, y como cuidadora de dependientes y personas mayores, lo que le deja menos tiempo libre para realizar alguna actividad. 

Aspecto fisiológico y morfológico 

En cuanto a cuestiones objetivas, está claro que biológicamente existen cuestiones propias de las mujeres.  

  • Los ciclos hormonales asociados a la menstruación 
  • Menor tamaño y peso 
  • Menor masa muscular 
  • Mayor grasa corporal 
  • Mayor lordosis lumbar 
  • Pelvis más ancha y con un agujero más que la pelvis del hombre 
  • Caja torácica más pequeña 
  • Menos cantidad de hematíes en sangre, que implica menor oxigenación 
  • Menor nivel de testosterona 

A grandes rasgos esto se traduce en que la mujer tiene menos capacidad de ventilación, tiene menos fuerza, puede desarrollar menos volumen muscular, su core y suelo pélvico, que es la base y el sostén del cuerpo, tiene menos soporte muscular y, a su vez, tiene más posibilidad de perder estabilidad debido a ciclos hormonales, embarazos, partos vaginales o cesáreas. 

Todo esto, ¿implica que la mujer está menos capacitada para la actividad física? Rotundamente NO.  

Esto solo implica que la mujer tiene una morfología, estructura muscular, fisiología y ciclos hormonales particulares y que se deben tener en cuenta a la hora de realizar actividad para llevar un estilo de vida activo adecuado. 

 

Ejercicios para mujeres  

Ya lo hemos dicho, todos los ejercicios y toda actividad es para mujeres. Desde un paseo diario hasta la calistenia, pilates o ciclismo. Lo óptimo es combinar actividades que incidan en todas las competencias físicas. 

Lo importante es que escuches a tu cuerpo, reconozcas cuál es tu estado vital y tus objetivos. Por ejemplo, hay actividades que flexibilizan y ayudan a desbloquear la zona pélvica, que es fundamental si quieres quedarte o estás embarazada. 

Mujer embarazada practicando yoga

Durante el embarazo también se conocen beneficios tanto para la salud de la mujer como para del feto y ayuda a controlar los niveles de glucosa. 

Las mujeres por su ciclo reproductivo tienen unas necesidades diferentes a lo largo de su vida, y hay actividades que pueden ajustarse mejor que otras para cada momento, aunque, repetimos, cualquier actividad adaptada va a producir beneficios y desarrollar un estilo de vida activa saludable tanto a nivel físico como mental. 

Los ciclos hormonales y la actividad física 

Mujer entrenando la fuerza

El ciclo menstrual de las mujeres no es impedimento para realizar ninguna actividad, pero sí hay que tener en cuenta que puede afectar a los niveles de energía.  

Esto es debido a los niveles de estrógenos, las dos primeras semanas van en aumento (siendo la semana 1 cuando comienza el sangrado), y las dos segundas semanas disminuyen. Por ello algunas mujeres se sienten con menos fuerzas, como agotadas durante la semana 4. 

No hay ninguna fórmula porque cada mujer experimenta sus ciclos de manera diferente. Puede ser que la actividad te alivie los síntomas, practicar algo energético que te ayude a levantar el ánimo, o que te incite a actividades más introspectivas, de respiración y estiramiento que te produzcan calma. 

Lo importante es que escuches a tu cuerpo y tu estado emocional y adaptes tu actividad. Cualquier opción es buena si es para ti.

Ser activa en la menopausia 

Durante esta época se produce una transición que puede durar entre 5 y 8 años donde se producen cambios en el cuerpo de la mujer a nivel físico, fisiológico, psicológico, hormonal. En esta etapa hay mayor riesgo de desarrollar una enfermedad crónica como osteoporosis, enfermedades cardiovasculares o diabetes. Además, es común sufrir insomnio, ansiedad y otros trastornos psicológicos. 

La actividad física tiene un impacto muy positivo a todos los niveles. Es fundamental mantener una vida activa ya que aporta beneficios para los huesos, el sistema cardiovascular, metabolismo, el bienestar psicológico y la calidad de vida en general.  

Como siempre, es importante tener en cuenta el propio cuerpo y estado inicial, e intentar combinar diferentes tipos de actividad que toquen todos los aspectos de la aptitud física. 

Mujer mayor entrenando en la naturaleza 

 

Conclusión 

Los beneficios de una vida activa en la salud de la mujer son indiscutibles y ya sobradamente respaldados por estudios científicos que muestran mejora en numerosas condiciones médicas, incluida la mortalidad prematura.  

Para generar un hábito de práctica constante y duradera es fundamental elegir actividades de nuestra preferencia, que estén alineadas con nuestro objetivo y que nos motiven. 

Desde Saludando queremos inspirar y ayudar a toda mujer a perseguir una vida saludable y equilibrada. Una vida activa, unida a una buena alimentación y cuidados en la salud emocional, adaptada a cada ciclo vital, son nuestra “receta mágica” para alcanzar el bienestar en cada etapa de la vida. Esta es nuestra filosofía.  

Grupo de mujeres practicando yoga