¿Es compatible el embarazo con el ejercicio físico? La respuesta es un gran sí, siempre y cuando esté controlado por un profesional que pueda orientarte en cuanto a los ejercicios a realizar y a la intensidad con la que entrenas. El ejercicio durante el embarazo está muy recomendado y puede traerte un montón de beneficios, ¿los conoces?

Comenzar de forma gradual

Antes de empezar a hacer ejercicio tenemos que consultar siempre con nuestro ginecólogo: él es quien debe asegurarnos que no habrá ningún riesgo y que podemos ejercitarnos durante el período de gestación. Una vez que nuestro ginecólogo nos ha dado el visto bueno, tendremos que acudir a un profesional de la actividad deportiva que realice un plan de ejercicio adecuado a nuestras necesidades en los distintos trimestres.

Si no has hecho ejercicio nunca, el embarazo no es el momento ideal para comenzar con una rutina exigente: puedes limitarte a caminar y a realizar ejercicios suaves, como los de suelo pélvico. Si antes de tu embarazo ya eras una persona activa, no hay problema en continuar ejercitándote, aunque será necesario adaptar tus rutinas.

Combina cardio y fuerza

El entrenamiento durante el embarazo tiene que responder a tus necesidades como pre-mamá: ten en cuenta que vas a llevar contigo una preciosa barriga que irá creciendo con el tiempo, por lo que los ejercicios para fortalecer tu espalda serán muy importantes durante la gestación. También el trabajo del suelo pélvico a través de disciplinas como Pilates puede ser muy beneficioso, sobre todo de cara al parto.

En cuanto al ejercicio cardiovascular, debe ser suave y sin impactos: caminar a un ritmo ligero o pedalear en la elíptica son dos ejercicios ideales para realizar durante el embarazo. Evita otros ejercicios más agresivos como correr (por el impacto que genera en tus articulaciones y en tu espalda) o saltar.

Un embarazo sano es un embarazo feliz, y hará que tras el parto te sea mucho más fácil volver a tu forma.

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