Hay que admitir que la situación ha cambiado por completo nuestros hábitos de vida en todos los aspectos, creando situaciones de mucha incertidumbre y agobio para la mayoría de nosotros.

 Es por ello que, solemos pensar en la alimentación desde un punto de vista emocional y creer que necesitamos adaptarnos a todo esto realizando medidas excepcionales (hacer kilos de pan y bizcochos solo por aburrimiento), y esto es un gran error. Lo comentamos en el post anterior “No caves más profundo para salir del hoyo, huye de los milagros y empieza con tu cambio de hábitos desde la base”.

Más que nunca debemos prestar atención a la alimentación ya que es la base de la salud, y si nos sentimos perdidos optar por las opciones que nos funcionaban antes del confinamiento, no tomar medidas drásticas, sino las medidas que deberíamos llevar siempre como base de nuestro estilo de vida alimentario y darle más fuerza ahora.

Quizás te parezca obvio pero en estos momentos, más que nunca, debemos recurrir a las bases de la alimentación saludable.

¿Cuáles son estas bases?

Es algo complicado, ya que no existen unas guías absolutas que reúnan todo lo que todos, de forma completa, tenemos que cumplir para comer bien. Sin embargo, hay determinadas bases que pueden ayudarnos a mantener un buen estado nutricional.

  • Base de frutas y verduras: Aquí no hay mucha discusión. Si quieres mantener un buen nivel vitamínico y mineral, si quieres una buena ingesta de antioxidantes, si quieres una buena ingesta de fibra, agua; además de un gran sabor y un bajo aporte energético. Las frutas y las verduras deben ser la base de tu alimentación. Además, tenemos la gran suerte de una gran disponibilidad en nuestro país. Utilizad las de temporada, variad preparaciones y colores.
  • Buena ingesta proteica: Fundamental una buena ingesta de alimentos fuente de proteínas saludables, solo de verduras no se vive. Necesitamos acompañarlas de legumbres, huevo, pescados, carnes, lácteos, frutos secos, cereales, etc. Es importante incluir varios de estos grupos en todas nuestras comidas.
  • Ingesta suficiente de grasas saludables: ¿Quién ha dicho de quitar las grasas? Esta afirmación es un desastre. Las grasas son necesarias (la mayoría) y debemos incorporar alimentos fuente de ellas de forma habitual. Pescados azules, aceite de oliva virgen, frutos secos y complementamos con las grasas de carne, lácteos y huevos.
  • Ingesta de fibra: Adecuado aporte de alimentos integrales (arroz, pastas, panes) complementando el resto de componentes, ya que también contribuirán al aporte mineral y vitamínico además de a la fibra. Muchos de los mencionados anteriormente ya son buena fuente de fibra como frutos secos, frutas, verduras, legumbres.

No quisiéramos entrar en 50 puntos de alimentación saludable ya que podríamos hacer este post eterno. Por eso estas bases son importantes. Una vez que lo entendamos y sepamos incorporar estos alimentos y nutrientes, el siguiente paso es repartirlos correctamente y adecuarlo a nosotros, nuestro estilo de vida, nuestra actividad física y nuestras necesidades.

Podríamos incluir (de forma resumida) una buena hidratación, reducción y/o eliminación del consumo de alcohol, buenas prácticas de planificación, almacenamiento, compra, cocina… pero esto lo desarrollaremos en los próximos posts.

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