Cambiar o generar un hábito no es nada fácil. Es fácil dejarse llevar por el típico anuncio de coleccionables de Septiembre y comprarse el primer fascículo de la maqueta del barco, es fácil apuntarse al gimnasio en enero o en septiembre porque todo el mundo habla de lo mismo, es fácil querer aprender un idioma, es fácil empezar una dieta, pero es más difícil seguirla 2 días después, pero qué vamos a contar aquí que tú no sepas sobre esto. Seguro que sobre alguno de los cuatro casos anteriores podrías escribir un libro.

¿Quieres saber cómo cambiar de hábito y encontrar los resultados que buscas? Aquí va la solución: el secreto es la constancia.

No te preocupes, no vamos a decirte que tienes que ser constante porque sabemos que tú eres el primero que lo sabes y el primero que te gustaría serlo. Tampoco te vamos a decir que esta vez sí que puedes, que todo está en tu mente, ni vamos a contarte milongas sobre teorías que no pone en práctica quien te las cuenta.

¿Ser constante tiene truco?

La primera buena noticia es que la constancia no está en el código genético. No te auto culpes creyendo que “yo no soy constante” si has abandonado 23 dietas, si te has inscrito a 10 gimnasios y nunca has llegado a nada. La constancia tiene sus trucos y aquí te los vamos a contar, sea para aplicarlos en las circunstancias que sean.

Ser constante no es fácil, ser perseverante es muy duro, por eso te animo que reflexiones sobre los cuatro pilares que te vamos a desarrollar en una mini serie de artículos y que serán los pilares donde podrás cambiar tu “yo no soy constante” a “no era constante porque no entendía cómo funcionaba la constancia”. Estos pilares debes aplicarlos y protegerlos con uñas y dientes. Si los proteges, te garantizamos que te cambiará la vida. Tener unos buenos hábitos te cambia la vida, ¡así de simple!

Permíteme que empecemos comentando una reflexión, y que marca la filosofía de estos artículos.

Se puede navegar en dirección contraria al viento,
pero es más fácil hacerlo con viento a favor.

Es importante que entiendas esto: puedes empezar a cambiar un hábito y ser constante con todo en tu contra, pero es mucho más fácil ser constante si tienes y buscas los ingredientes necesarios para serlo. Es simple, créeme, pero no es fácil.

En tus primeros pasos, en tus primeros meses, debes aprender a poner el viento a tu favor porque solo así tus posibilidades de éxito serán mayores. Los cuatro pilares te darán inercia, te harán las cosas más fáciles, pero debes ser parte activa en el proceso que te va a ayudar. ¿Quieres no hacer nada y tener resultados? Estos consejos no te funcionarán. Recuerda, te ayudarán a que te sea más fácil, sobre todo los primeros pasos.

Los cuatro pilares del cambio de hábitos

Existen cuatro pilares que, si eres capaz de mirarlos de frente y aprender a mantenerlos vivos, cualquier hábito, ya sea comer mejor, no faltar a un entrenamiento, o simplemente pararte a descansar 10 minutos al día a desconectar, te aseguro que pueden lograrse.
Iremos saltando de hábitos en hábitos, pero me gustaría que intentaras escoger uno de los hábitos o de los objetivos que te gustaría tener o que te gustaría cambiar, tenerlo en mente y aplicar lo que vayas leyendo sobre él. Personalmente, no te recomiendo que intentes cambiarlo todo hoy, si no es muy probable que abandones por saturación. Paso a paso.

Encuentra tu por qué para cambiar

El primer pilar sobre el que debes asentar tu nuevo ritmo, tu nuevo yo, requiere de un por qué cambiar. Todavía me acuerdo de mis nueve años en clases de inglés memorizando los verbos, ¡por favor, qué suplicio! «¿Para qué me sirve esto?» Me preguntaba entre verbo y verbo. Nueve años en el colegio, dos horas a la semana para aprenderme una lista de 150 palabras de las que olvidaba 120 cada verano. Mi aplicación diaria era ninguna, la sensación de perder el tiempo me corrompía por dentro. Mi por qué o mi para qué estudiar la lista de verbos irregulares no era muy fuerte, ¿cómo iba a ser mi constancia posible? Sin embargo, en mi primera estancia en el extranjero, después de mi primera conversación con mi compañera de piso, que afortunadamente no hablaba español y que fue resumiendo algo así, entendí la importancia de los verbos y mi por qué poderoso:
– Hello, my name is Antonio.
A lo que ella me contestó,
– Hello, What #¿&2&& _U &$&Ç+<?
Por supuesto, después de mi cara ojiplática y después de pasar una vergüenza y una sensación de sentirme diminuto, la lista de los 150 verbos, y de otros 150 más tardé en aprendérmela dos días.

Tu por qué o tu para qué son la base, la semilla de tu nuevo yo. Pueden ser muchas las razones por las que decides cambiar el rumbo, algunas más potentes que otras. Pongamos dos ejemplos que me encuentro personalmente todos los días (quizás un poco caricaturizados).

Por qué número 1:
– Hola buenos días, ¿por qué se apunta usted al gimnasio?
– No sé, es que me aburro en mi casa por las tardes.
Por qué número 2:
– Hola buenos días, ¿por qué viene usted a natación?
– Tengo la espalda rígida y con unas molestias que no me permiten vivir bien. Estoy débil y me da la sensación de que aun teniendo 40 años, tengo el cuerpo de un anciano.

Si tu razón es parecida a la del primer caso, mi único consejo es que no te cojas ninguna anualidad en el gimnasio, muy probablemente no vayas más de cuatro sesiones, tu por qué es débil y solo un milagro hará que seis meses después continúes en el gym.

Si tu caso es parecido al segundo, fantástico: la fuerza de tu por qué te ayudará a subirte al barco con un destino claro, aunque ya te aviso de que será más o menos difícil en función de los tres pilares siguientes.
En nuestro día a día nos encontramos con porqués muy potentes, la razón puede ser molestias o dolores recurrentes, la razón puede ser la adrenalina, la razón puede ser tu propia superación o pueden ser tus hijos («no quiero que mis hijos me vean así»), o puede ser porque eres una persona joven encerrado en un cuerpo anciano. Sea la que sea busca un por qué poderoso, protégelo y ve a por él.

¿Quieres saber en qué consisten los siguientes tres pilares que te ayudarán a instaurar un cambio para siempre?

¿Cuál es tu por qué poderoso?

 

Antonio López

Entrenador Personal en Saludando.

antoniolopez@saludando.es